Tokio – La mega ciudad

Terminamos en Tokio. Una mega-urbe impresionante. Subimos a la torre Sky Tree a 350m y por todos los lados se veían las casas, calles, trenes, etc. de Tokio. 

Otra de sus características es sus hordas de oficinistas, traje oscuro con camisa clara ellos y con falda ellas. Equipados con su maletín o cartera los ves desde primera hora cuando van a la oficina hasta última hora cuando van a cenar con los compañeros de trabajo. Es como un gran ejército de hormigas que ocupa todo Tokio.

Otra visita interesante es el mercado de Tsinjuku. El mercado central desde donde se abastece toda la ciudad. La parte donde trabajan el pescado, su frenética actividad, atunes enormes van y vienen, los despieces, etc. tiene un atractivo especial pero somos demasiados turistas (en Japón ha ido aumentando mucho el turismo año tas año) Ahora no puedes entrar en la zona de pescado hasta las 10 cuando su actividad decae. Para ver la subasta de atunes tienes que ir a hacer cola a las 4 de la mañana para conseguir un pase a la subasta. En fin, somos muchos. 

Un día lo destinamos a Disneyland Tokio donde el peque disfruto de lo lindo. A mi modo de ver es más un parque temático que un parque de atracciones. Hay atracciones, pero no me parece su punto fuerte. Al ser jueves las colas no eran largas y pudimos entrar donde quisimos, esto en fin de semana debe ser terrible.

El cruce de Shinjuku, los jardines del palacio, el barrio de la electrónica, Ginza, fueron otros lugares que repetimos con respecto al viaje anterior y que nos gustó volver a ver.

Terminamos el viaje contentos y cansados, nada más se puede pedir.

Monte Fuji, 3774m

Nos alojamos en Kawaguchiko desde donde se puede ver el monte Fuji si las nubes lo permiten. En ese sentido no tuvimos problema

 Las nubes no nos entorpecieron la vista. Algunas rondaban pero no estorbaban. Al día siguiente subimos a la quinta estación llamada Fuji Subaru y como el día acompañaba y era pronto inicie el ascenso a ver a donde llegaba. Primero iba rápido y descansaba en las estaciones ( son como puntos de abituallamiento) Pero según cogía altura tuve que cambiar a ir más lento y hacer más paraditas. La altura se notaba. Después de 4 horas y media llegue a la cima, al cráter. Fue muy agradable. Habían aparecido unas nubes pero estaba por encima de ellas.

La bajada fue más rápida pero machaca mucho las rodillas al tener mucha pendiente. Si no te equivocas en tres horas bajas. Digo esto porque en un cruce de caminos bien señalizado me despisté y baje hacia otra quinta estación, hay 4, lo que alargó el descenso y el regreso al punto de partida.

La ascensión por esta ruta está muy preparada, con numerosos albergues, zonas de abituallamiento, a lo largo de la ascensión. Otras rutas no tienen este equipamiento y están menos concurridas. 

Como todas las ascensiones, cuesta pero merece la pena.

Alpes Japoneses – Tsumago

Nos alojamos en la zona sur de los Alpes Japoneses con la intención de hacer un pequeño recorrido de 8 km. entre Magone y Tsumago. Magone, al que llegamos en autobús, se ha convertido en un pueblo souvenir. Casas tradicionales de cara al turismo.

El recorrido es interesante. Casi siempre estas separado de la carretera principal y vas pasando 

 por casas antiguas, tradicionales, todavía habitadas. En una de ellas, que tenía más de 200 años, te ofrecían gratuitamente té y un lugar para descansar.

El pueblo al final del recorrido, Tsumago, aún teniendo mucha tienda para turista, conserva personalidad propia. Una horita recorriéndolo bien la merece.


Nagoya – Sumo y museo Toyota

Otra vez de camino paramos en Nagoya, dejamos las maletas en las taquillas de la estación y a pasar el día.

Primero intentamos coger entrada para el torneo de sumo, que en estas fechas se celebra en Nagoya. Las anticipadas llevan tiempo agotadas, pero siempre dejan un porcentaje para venta en taquilla. Aunque al final hoy no había torneo 😦 tampoco las hubiéramos conseguido. La cola se forma a las 6 de la mañana y para las 8 o 9 estaría todo vendido. Preguntamos hace días como funcionaba la venta de entradas, pero no consigues toda la información y te pasan estas cosas.

Nos acercamos al museo Toyota que comienza con sus fundadores, la familia Toyoda, cuando se dedicaban a maquinaria de textil y continúa con la parte de automoción. Esta segunda nos pareció más interesante donde encuentras las distintas fases de fabricación, ejemplos de vehículos clásicos, despieces, etc

 Muy interesante.

Kioto


Kioto es otro destino que repetimos. Hay sitios que no puedes dejar de visitar aunque ya hallas estado.

Empezamos con Kinkaku-ji, el templo dorado, donde coincidimos con todos los turistas que había en Kioto, una hilera de gente pasando constantemente. Continuamos con el jardín zen del templo de Ryoan-ji. Aquí ya pudimos disfrutar de más tranquilidad acorde al jardín que visitamos.

Ya por la tarde dimos un agradable paseo por el barrio de las geishas de Gion. Aunque geishas solo vimos 1 cogiendo un taxi, el barrio en sí merece la pena ya que conserva las casas tradicionales. Hay muchos restaurantes y otros locales que como guiri no tenias claro si era de acceso público o no. 

Nos cayó una gran tormenta al atardecer, pero al podernos poner a refugio, sirvió para refrescar el ambiente.

Acuario de Osaka


De camino a Kioto paramos a ver el acuario de Osaka, según dicen uno de los mejores del mundo.

Dejamos el equipaje en las taquillas de la estación y a por el metro. A la entrada del metro hay un punto de información en el que ya te venden el billete del tren y las entradas al acuario.

El acuario es espectacular. Tiene muy bien recreados los distintos ambientes desde la superficie. 
 Según caminas vas metiéndose en el agua para ver la actividad de peces y mamíferos que entran y salen. Una gran piscina central te acompaña en todo momento.

Al final, en unas piscinas de muy poca profundidad puedes meter la mano y tocar el lomo a rayas y tiburones.

Kyushu la isla sur


Llegamos a ella en Shinkansen. Cruza entre las dos islas por tunel.

La verdad es que ni nos enteramos. Japón es bastante montañoso y el Shinkansen va muchos tramos por túnel, así que fue un túnel más. No demasiado grande por lo que no nos llamó la atención.

Uno de los puntos más interesantes es el volcán Aso, al que puedes subir en funicular cuando el volcán está tranquilo, pero desde el 2016 que tuvo una erupción esta alterado y no dejan ni acercarse a la base, así que al final no fuimos. 

Nos acercamos a Kagoshima, prácticamente el punto más estremo de la estampa típica de Japón. Visitamos la Senga-en, casa feudal del señor de la zona, fundada en el 1658 y en uso hasta los años 50 – 60. Hoy visitable junto con sus jardines.

Y para terminar nos fuimos a Ibusuki para que nos taparan con tierra volcánica. Si, te tumbavas en una playa de tierra volcánica con la Yukata ( una bata japonesa) y con una pala te tapaban todo el cuerpo. Solo quedaba fuera la cabeza (menos mal) La tierra que te tapa está caliente, tienes la sensación  que te están cocinando. Diez minutos después sales y has rejuvenecido 😉 Para compensar luego tienes el Onsen, sauna, … 

Isla de Shikoku

Esta isla, la cuarta en extensión, también tiene un camino de peregrinación que la recorre por todo el contorno. El camino de Shikoku Henro o de los 88 templos tiene 1.200 km y también está hermanada con el camino de Santiago. Pero en esta ocasión no vamos ha hacer ningún trozo. 

Nos alojamos en Awa-kawaguchi, en el centro de la isla, y con un coche de alquiler visitamos el valle de Iya. Por aquí apenas hay terreno plano. Los pequeños núcleos en ocasiones están sobre estructuras de vigas para conseguir una zona plana. En su momento los caminos necesitaban puentes para su continuidad que los hacían de madera y lianas. Quedan algunos solo para el turismo, pero ahora los aseguran con cables de acero en su interior. Kazura Bashi era uno de los puentes, es el primero que visitamos y el más concurrido. Todo lo que vimos fue turismo local pero mucho. Otro que visitamos fueron los de Oku Iya Ni-ju y Kazura-bashi. Estaban más lejos pero merecía la pena. A ellos llega menos gente y parecen más integrados con el entorno. 

Un bonito recorrido es la carretera 32 a Nishimura Iya, donde encontramos a un niño meando al abismo 😉

No todo es Shinkansen

El tren bala recorre longitudinalmente la isla principal (Honshu) y las dos más grandes Kyushu y Hokkaido (esta de momento solo media Isla) Pero cuando te desplazas por líneas secundarias los tiempos aumentan y ya no puedes ir y volver en el día. De todas maneras sigue siendo la mejor opción. La frecuencia, incluso en las líneas secundarias, es alta. Mucha gente se desplaza en tren, van a la compra en tren, los estudiantes vuelven del cole en tren,  etc.

Los trenes más locales te muestran un Japón más tranquilo, sin tantas prisas, donde el maquinista es el revisor y taquillero, en su tren se un solo vagón. 

Si te gusta viajar en tren, vas a disfrutar.

Para horarios y combinaciones usamos la web http://www.hyperdia.com/en/ 

Kumano Kodo. El Camino de Santiago Japonés

Al sur de la península de Kii hay una zona con varias rutas que discurren por los santuarios y es una zona de peregrinación. Esta hermanada con el Camino de Santiago y las dos son patrimonio de la UNESCO.

Nos alojamos en Katsuura, un pueblo pesquero desde el que salen los autobuses para una de las rutas. Nosotros que vamos con un niño solo haremos unos pequeños trozos.

La lonja de pescado del pueblo es también un lugar a visitar si la pillas con mucho trasiego. Es un punto de entrada de atunes.

Al lado de la estación de tren cogimos el autobús de línea que nos acercába al principio del camino Damos Zaka que te lleva a Kumano Nachi Taisha 

Al poco de comenzar nos encontramos con un camino de piedra con escaleras que discurren por una arboleda de grandes árboles. Algunos con 800 años. A mitad de la ascensión llegas a una zona de restaurantes y tiendas de souvenirs desde donde continua el camino ya con una escalera de cemento.

Al final hay un conjunto de templos Sintoistas donde pasamos gran parte de la mañana. Otro punto de interés es la cascada Nachi, la más alta de Japón.

A la vuelta cogimos un tren a Shingu para visitar su templo. No nos pareció especial pero coincidimos con una ceremonia en la que pudimos participar, donde al final todos pasábamos dos veces por un círculo dibujando un ocho. No sabemos que significa, tendremos que informarnos.

Himeji


Aprovechamos lo rápido y frecuentes que son los trenes bala para hacercarnos por la mañana a Himeji para ver su castillo y el antiguo barrio Samurai.

El castillo esta frente a la estación a 15 minutos andando. Este es uno de los sitios que repetimos pero merece la pena.

Un castillo de épocas pasadas, donde el edificio central es un constante 
subir y subir por escaleras enpinadas. Todos los huecos se podían cerrar por fuertes puertas de madera para hacer distintos compartimentos y así dificultar al avance en caso de ataque.

Al lado del castillo se encuentra la zona de las casas samurais (Koko-en) actualmente ocupado por jardines perfectamente recortados y arreglados. 

Comido y de vuelta a Kobe en tren en apenas 30 minutos.

Kobe

kobe no sólo es interesante por su carne sino también por ser la primera ciudad multicultural. Fue la ciudad de entrada para los extranjeros que venían a hacer negocios. Por eso tiene un barrio chino de los más importantes.

Visitamos el herbs garden, un parque al que puedes llegar con teleférico que sale desde cerca de la estación del Shinkansen. Tanto desde el parque, como mientras subes, tienes una bonita vista de Kobe. También por la zona hay recorridos señalizados. Nosotros bajamos andando pasando por la catarata Nunobiki. El camino discurre por una zona super frondosa. En cuanto tocas zona montañosa estas son muy frondosas y cerradas.

Otro punto que nos atraía era la carne, no lo negaremos. Carne de  Wagyu (ternera japonesa) criada en Kobe, una especie de D.O. En muchos sitios la anuncian pero te la sacan cortada muy finita y es para hacerla sumergiéndose en una sopa hirviendo. Nosotros nos equivocamos y un día hicimos eso. Esta muy bueno pero no es lo que buscábamos. 

El segundo día no podíamos fallar, fuimos a una zona al norte de la estación de Shingobe y allí había muchos restaurantes que te la preparaban a la plancha. Te la hacen delante tuyo, la cortan, te la sirven y estaba buenísima. La verdad es cara, las mejores piezas costaban 12.000 JPY cada 120 gr. (unos 96 euros) pero un día…  

Península de Izu

Nuestro primer destino fue la península de Izu. En la costa este tiene numerosas playas que atraen al turismo local, especialmente en Atami por donde pasa el Shinkansen. La costa oeste casi todo son acantilados.

Llegamos a nuestro alojamiento, un Ryokan cerca de Itó. Nos relajamos en el Otsein, cenamos y a dormir. ¡Estábamos agotados!

El siguiente día alquilamos un coche para visitar la península. Nuestra 

Monte Fujiprimera parada fue Shimoda, una pequeña población en el sur-este. Paseamos por una calle a lo largo de un pequeño canal donde encuentras antiguas casas salpicadas de artesanos, anticuarios y restaurantes.

Continuamos ruta por la costa oeste donde encontramos pequeños pueblos pesqueros y muchos lugares desde los que se veía el monte Fuji. Y lo vimos. El Fuji tenía unas nubes bajas que dejaban visible su cima. 

Por Japón en tren

Nos moveremos por Japón en tren prácticamente todo el tiempo. Como en el viaje anterior, compramos el Japan Raíl Pass que te permite moverte por el tiempo que elijas (7, 14 o 21 días) en la mayoría de los Shinkansen (excepto Nozomi)  y en gran cantidad de líneas locales.

El primer día ya lo usamos con el Narita Exprés (N’Ex) desde el aeropuerto de Narita hasta Shinjuku, desde donde enganchamos con la Red de Shinkansen para movernos a nuestro pimer destino. Leímos que está estación es más manejable que la de Tokio, especialmente para el primer día.

Las condiciones del JR Pass no han variado del que lo cogimos para el anterior viaje hace 9 años. Antes de viajar compras un vale canjeable a la llegada por el JR Pass.

Embarcamos hacia Tokio

Estamos en Londres, nuestro último salto europeo. Desde aquí cogeremos un avión a Tokio (Narita) para comenzar el viaje. Hasta entonces todo son prolegómenos inevitables. Una peregrinación aérea que va puntual, lo cual se agradece. Si cuando lleguemos a Tokio están nuestras maletas, el salto aéreo habrá sido un éxito 😉

Actualización:

Si no se puede hablar. Dos horas y media de retraso en Londres. Ya estábamos sentados en el avión pero como no funcionaba el sistema de entretenimiento, tuvimos que esperar hasta que lo arreglaron.

Luego el piloto lo redujo a hora y media de retraso.